viernes, 30 de enero de 2009

PACHA Y LA LOBA BLANCA

Este cuento vino inspirado por un periodo que soñaba mucho con lobos

CUENTO

Binca la loba blanca estaba sola, sin agua ni comida en la cueva donde un día su madre la dió a luz y allí a sus pies yacía esta, muerta de inanición; todo cuanto había cazado lo entregó a su cría pues su instinto la advertía que aquella iba a ser una loba "elegida" y bien merecía su sacrificio por la supervivencia de esa criatura.
Pero ahora tan solo era una lobezna que permanecía sola, el resto de lobos abandonaron aquel lugar.
Permaneció inquieta lamiendo a su madre, sabía que debía reaccionar antes de que el frio y el hambre acabaran con ella. Estaba nerviosa y comenzó a emitir una especie de ladrido-gruñido añadiendo un breve gruñido al final, era su forma de llorar, necesitaba comida y cuidado, pero ningún gimoteo la iba a devolver la seguridad de su madre ni la de otros lobos. Así que comenzó a caminar; al paso iba marcando el camino con excrementos que marcaban el territorio dejando así un reclamo de aquella tierra donde yacía su madre sin vida.
Se fue alejando entre la nieve en busca de otros lobos. Caminó kilometros durante semanas, alcanzó a cazar y alimentarse y sobrevivió al invierno y tras muchas lunas cuando el sol y la primavera hicieron sus primeras apariciones Binca se revolcó y bajó valle abajo olfateando algún rebaño.
Un día entre dos árboles de un bosque se produjo un movimiento y eso alertó a Binca que permaneció quieta y callada para observar con la cola recta paralela al suelo, y estrechando sus ojos en actitud de suspicacia, ahí mismo con un pié en un charco entre dos altísimos árboles, un enorme lobo parecía rígido y alto, sus orejas estaban erectas y hacia delante. Se cruzaron la mirada mientras formaban un circulo con el giro de sus cuerpos sin separar la mirada el uno del otro. Al principio parecían desafiarse pero el instinto de Binca sabía que aquel encuentro podía ser una oportunidad para ella...había caminado tanto tiempo sola...y aquello había sido tan duro...además había dejado de ser una lobezna para convertirse en una loba adulta, una preciosa loba blanca. Aquel fue el momento!, después de rodearse el uno al otro girando en circulos sin apartarse la mirada...ella hizo el gesto de sumisión, doblando las patas y bajando su cuerpo, echando las orejas hacia atrás y agachada fue acercándose hacia el enorme lobo dominante. Este montó en sus hombros lamiendo su hocico para luego subirse sobre sus patas traseras y montándola feliz.

Durante días ella quedaba en aquel lugar del bosque y el iba y venía, le traía alimento mientras ella preparaba una madriguera.

Lupus el lobo, pertenecía a una manada donde se seguía una estricta jerarquía social.

Una loba adulta, fuerte y astuta mantenía el éxito en la caza y en la reproducción, ayudaba a resolver cualquier disputa dentro del clan, mantenía a la manada unida y disponía de un gran control de los recursos, como la comida y existencias, necesidades para el bien del clan, además de una fuerza para sobrepasar a los inviernos más duros y un olfato predilecto para encontrar remedios que ayudaban a sobreponer a la manada en momentos muy difíciles.

El lobo lupus era hijo de esa loba y uno de sus favoritos, a pesar de que quería mantener el matriarcado era consciente que Lupus era el lobo de la tribu que reunía sus mismas virtudes.

Pacha la loba jefa, llevaba días observando a Lupus que había traicionado las reglas del clan, guardando silencio sobre su situación.

Era algo normal en la manada reunirse a menudo en el pie del cañón y Pacha sobre la piedra más alta aullaba a los miembros de la manada para mantenerlos en contacto permitiéndoles comunicarse con efectividad desde largas distancias y localizarlos para reunirlos, allí se desnudaban todas las dudas y se resolvían todas las necesidades, pero Lupus desde su encuentro con Binca se comportaba desafiante con Pacha y le ocultaba sus intenciones, sentía que ya era el momento de relevar a su madre,...tenia pareja, era macho y tan fuerte como ella. Empezó a revelar a espaldas de Pacha su encuentro con Binca y fanfarroneaba sobre que Binca era mejor que Pacha y el merecía ser el jefe de la manada.

Pacha astuta, no solo recibía los comentarios sino que se intuía y observaba con cautela y como loba sabia, tuvo paciencia y no se dejó llevar por el miedo, sabía que la osadía de su hijo y su propio miedo solo podrían poner en peligro la seguridad del clan.

Conoció a Binca la loba Blanca; esta se le acercaba con sigilo y dulzura y lamia el hocico de Pacha acercándosele al cuello, lamiendo este en actitud de...Áceptame, pero te relevaré en cuanto bajes la guardia.

Pacha la acogió en su clan y a pesar de no confiar mucho en ella, la ayudó, la enseñó, y la preparó como hubiera hecho su madre, y con ello vió una esperanza en mantener el matriarcado en un futuro cuando ella ya no estuviera.

La manada creció y se desarrollo en un tiempo prospero y feliz.
Pacha envejeció, y un día reunió a la manada con el último aullido y les comunicó que se alejaría hacia el bosque fértil.

Y unos años después en la cueva del bosque, una niña que cruzaba este, al desvío del sendero hayo unos huesos de lobo que agarró y con la fuerza y el espíritu en alto los alzó, canto y repicó con fuerza en su tambor llamando a despertar a las fuerzas de la naturaleza. Y ese día la vibración de la tierra llegó a los cielos y todos los lobos del planeta desde la Tundra hasta el Ártico, desde la Ibérica, la Estepa, hasta el Tíbet...todos y de todas partes aullaron juntos a la luna en sonidos y aullidos distintos formando una melodía preciosa.

FIN

ReyesF.Cué

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