jueves, 17 de febrero de 2022

EL CAMPESINO DE ALMAS

 Cuando estamos en estado de gracia viene la palabra correcta o el silencio mismo habla por si mismo.

 La semilla es la palabra de Dios. Puede caer en terreno pedregoso, un suelo hostil o mal vigilado, que secuestra la palabra de Dios para que no sea oída. El suelo poco profundo simboliza a los que se entusiasman fácilmente con todo y, con la misma facilidad, pierden el interés. La tierra fértil es el mundo. El mundo que ofrece tantas riquezas, distracciones y preocupaciones que pronto ahogan la palabra de Dios. _ Hay sin embargo, otro lugar donde puede caer la palabra de Dios. El suelo receptivo. Allí podrá producir una cosecha abundante. Cuando sembramos, sólo somos responsables de lanzar la semilla lo más lejos posible. No sabemos donde caerá.